El temple deslumbrante
Daniel Sada / Posdata Editores
Daniel Sada / Posdata Editores
Daniel Sada / Posdata Editores
Sada tenía muy claro qué autores le interesaban y cuáles no, había hecho una lectura crítica de todos los escritores que conocía; quienes asistimos a sus talleres pudimos constatar una y otra vez sus afinidades y diferencias, sus tendencias y proclividades. Al tomar café con él era aun más íntimo: sugería lecturas, recomendaba autores y admitía su desinterés por otros muchos escritores. En Sada había (al igual que en Borges o que en Rulfo) una afición por los autores de culto o de excepción. Buscaba escritores peculiares, Marcel Schwob, Joáo Guimaráes Rosa o Carlo Emilio Gadda, que implicaran un reto desde la primera línea hasta el nivel total de la historia. La teoría literaria le interesaba, sobre todo si provenía de autores con una obra que le atrajese. Las Seis propuestas para el próximo milenio, de Italo Calvino, era uno de sus libros de cabecera. El ejemplo de estas nociones literarias es el cuento "Atrás quedó lo disperso", de Ese modo que colma, donde deja claro mucho de su interés por la literatura imaginativa. Le apasionaban los filósofos vitalistas, y buceaba en los temas de la antigüedad con la enorme curiosidad y un talento de espeleólogo. No obstante, tratando de ser coherentes con la sempiterna voluntad de Daniel Sada, hemos hecho una criba de qué es lo que hay que rescatar de sus textos y qué no. Debido a este rigor que tanto se menciona al evocar su obra, el libro que el autor tiene en las manos presenta una selección de lo que mejor exponga la agudeza de su intelecto. No se ha conservado ningún texto que pensemos que no aporte a dimensionar la profunda curiosidad que sentía Sada, tampoco hemos guardado en este cartapacio una suerte de nostalgia por el texto puramente sentimental o anecdótico.